diciembre 08, 2005

62R.004

Lo que están a punto de leer es un articulo del primer 4o. numero de 62R. Esperamos que les agrade y que sirva, de la forma que tenga que ser, a otras experiencias de trabajo autónomo y comunitario (de ese que se hace "desde abajo y a la izquierda), y que anime el nacimiento de nuevos sueños.



Año local. La vida en A.Tepepan

A veces nuestra vida transcurre sin novedad alguna, los días se repiten uno tras otro, tan iguales, tan opacos, tan mecánicos. Y nuestra única compañía suelen ser las múltiples actividades que realizamos: el quehacer, el trabajo, los encargos o las preocupaciones, como si todo fuera un camino desértico, gris y sin promesa de un final.

Esta cotidianeidad en la que transitamos nos da tranquilidad, pero una tranquilidad que más bien se parece a un letargo, letargo que "protege", que "cobija", que nos hace inmunes a los males que aquejan a nuestra ciudad, al país y al mundo en su totalidad. Incluso uno se puede llegar a sentir seguro y tranquilo nada más con pisar el primer escalón de la subida de La Noria.

Sin embargo, puede suceder que por mero accidente o por curiosidad nos arriesguemos a levantar el rostro para mirar hacia otros lados, descubriendo que más allá de nosotros hay un mundo distinto. Otro mundo que se resiste a la inercia del día a día, que está en contra de la indiferencia, que le hace frente al individualismo y al egoísmo, y que apunta a una toma de conciencia colectiva.

En Ampliación Tepepan, esta toma de conciencia se ha manifestado de muy diversas formas: ejemplo de esto ha sido la reciente autoorganización de un grupo de mujeres que, demandando solución al problema del agua contaminada, ha exigido una respuesta pronta y eficaz a las autoridades correspondientes, apropiándose de sus legítimos derechos de ciudadanía; grupo que, hasta la fecha, sigue organizándose y trabajando para la solución de dicha problemática.

Como expresión de esta nueva conciencia y vitalidad que está surgiendo en Ampliación Tepepan están también la serie de jornadas comunitarias y culturales que se han llevado a cabo desde el primero de noviembre en el camellón Las Torres bajo la iniciativa del colectivo "BlackPato", grupo conformado por mujeres y por hombres jóvenes que apuestan a la reconstrucción de los vínculos comunitarios de convivencia, solidaridad, justicia, paz y hermandad.

Esta diversidad de experiencias nos ha demostrado que la vida no es algo estático ni un permanente sin sentido, que no estamos solos ni somos habitantes de la tierra de nadie. Por el contrario, nos está enseñando que por la venas de nuestra comunidad aún sigue corriendo una fuerza que nos dirige hacia el cambio, hacia ese otro mundo que ya se está gestando, en donde la colectividad es lo que hará realidad nuestros sueños, nuestras esperanzas y nuestros ideales.

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