62R > numero 004

A veces nuestra vida transcurre sin novedad alguna, los días se repiten uno tras otro, tan iguales, tan opacos, tan mecánicos. Y nuestra única compañía suelen ser las múltiples actividades que realizamos: el quehacer, el trabajo, los encargos o las preocupaciones, como si todo fuera un camino desértico, gris y sin promesa de un final.

Esta cotidianeidad en la que transitamos nos da tranquilidad, pero una tranquilidad que más bien se parece a un letargo, letargo que “protege”, que “cobija”, que nos hace inmunes a los males que aquejan a nuestra ciudad, al país y al mundo en su totalidad. Incluso uno se puede llegar a sentir seguro y tranquilo nada más con pisar el primer escalón de la subida de La Noria.

Sin embargo, puede suceder que por mero accidente o por curiosidad nos arriesguemos a levantar el rostro para mirar hacia otros lados, descubriendo que más allá de nosotros hay un mundo distinto. Otro mundo que se resiste a la inercia del día a día, que está en contra de la indiferencia, que le hace frente al individualismo y al egoísmo, y que apunta a una toma de conciencia colectiva.

En Ampliación Tepepan, esta toma de conciencia se ha manifestado de muy diversas formas: ejemplo de esto ha sido la reciente autoorganización de un grupo de mujeres que, demandando solución al problema del agua contaminada, ha exigido una respuesta pronta y eficaz a las autoridades correspondientes, apropiándose de sus legítimos derechos de ciudadanía; grupo que, hasta la fecha, sigue organizándose y trabajando para la solución de dicha problemática.

Como expresión de esta nueva conciencia y vitalidad que está surgiendo en Ampliación Tepepan están también la serie de jornadas comunitarias y culturales que se han llevado a cabo desde el primero de noviembre en el camellón Las Torres bajo la iniciativa del colectivo “BlackPato”, grupo conformado por mujeres y por hombres jóvenes que apuestan a la reconstrucción de los vínculos comunitarios de convivencia, solidaridad, justicia, paz y hermandad.

Esta diversidad de experiencias nos ha demostrado que la vida no es algo estático ni un permanente sin sentido, que no estamos solos ni somos habitantes de la tierra de nadie. Por el contrario, nos está enseñando que por la venas de nuestra comunidad aún sigue corriendo una fuerza que nos dirige hacia el cambio, hacia ese otro mundo que ya se está gestando, en donde la colectividad es lo que hará realidad nuestros sueños, nuestras esperanzas y nuestros ideales.

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El año que se va cerrando este mes ha sido, a nivel mundial, un año difícil. Un año difícil porque se ha caracterizado por una radicalización de las divisiones entre diferentes corrientes que interpretan el futuro del planeta. Fechas por recordar hay muchas, demasiadas. El nivel de información que nos rodea nos permite y obliga a recordar demasiadas cosas, así que al final olvidamos todo y nos aferramos a lo que podemos anotar. Sin embargo, podemos tratar de interpretar, esto si, la tendencia que ha caracterizado este 2005.
Por un lado el gobierno de Estados Unidos y sus aliados que han seguido llevando guerra y destrucción ahí en donde dicen llevar la democracia. Vean lo que pasa en Irak, en Afganistán, en Colombia y en muchos otros lados del mundo. La guerra se ha vuelto a confirmar este año como una guerra global y permanente. Global, porque los actores que la practican son los mismos en varias partes del mundo y el objetivo sigue siendo el mismo: la población civil y la búsqueda de la riqueza a cuesta de la vida. Permanente, porque el fin de la guerra no se ha aun planteado, no se ve final al infierno que los ejércitos de Bush y sus aliados han desatado en el planeta. Por el otro lado los gobiernos que a EU se oponen de manera igual pero contraria. Y hablamos del gobierno de China, de Rusia, de Irán y otros mas que buscan exactamente lo mismo pero para su propio bien. Es fácil caer en la tentación de pensar "si se oponen a EU son de nuestro lado". Demasiado fácil, porque en realidad son lo mismo, hacen lo mismo, quieren lo mismo, pero no cooperan con EU. En este bando entra también la tristemente famosa "red terrorista de Al Quaeda", que lejos de querer liberar un supuesto "pueblo" ha demostrado buscar lo mismo de siempre: poder y riqueza.En fin se encuentra el bando mas numeroso, el mas poderoso, pero el mas vulnerable. La humanidad. Los de abajo, nosotros, ciudadanos sin derechos. Ciudadanos a la merced de los poderosos. Somos nosotros los que sufrimos en primera persona esta guerra global y permanente: en los lugares de trabajo, en las escuelas, en nuestras colonias. La guerra se ha desatado este año en forma cruel y sutil.
Si por un lado las bombas se sueltan, las balas persiguen cuerpos en varias partes del planeta, al mismo tiempo, ahí en donde no escuchamos el ruido de la guerra pudimos ver los efectos: privatizaciones de bienes primarios (agua, electricidad, salud, educación, investigación científica, etc.), restricción de derechos (todo en nombre de una supuesta amenaza terrorista), precariedad en los lugares de trabajo (es cierto, hay más lugares de trabajo, ¿pero de qué tipo, de qué calidad?). La guerra ha avanzado este año, los poderosos que la hacen se han hecho más crueles, pero también se han aislado mucho de la humanidad.
En efecto, si quisiéramos ver el año apenas transcurrido por el lado de esta multitud de personas que poblamos los pisos de abajo del gran edificio humano, habría que anotar varios eventos, entre las resistencias, las propuestas y las cosas producidas y construidas. Hay ejemplos dignos de los libros de historia: partiendo de los mas reciente, no podemos no recordar la rebelión en Paris y en toda Francia de los olvidados de las periferias de las grandes metrópolis del norte del planeta. Yendo hacia atrás hay que anotar las múltiples manifestaciones en contra del ALCA (el Acuerdo de Libre Comercio de las Américas) que, de facto, han impedido su ratificación, y, al contrario, han permitido replantear los equilibrios a nivel continental diseñados, en el ALCA, todos en favor de EU. En los mismos EU hay que recordar el resurgimiento, tímido, pero firme, del movimiento en contra de la guerra: madres y padres de los soldados muertos en Irak, acompañados por miles de intelectuales, estudiantes y ciudadanos comunes, han salido a la calle este año en repudio a la política agresiva de Bush. En Europa lo mismo ha pasado. Al mismo tiempo, en el continente europeo se han desatado las resistencias de los migrantes en contra de la discriminación y por la conquista de sus derechos en cuanto seres humanos. Ya volviendo a México, aquí también ha sucedido algo importante para el país y, quizás, para el planeta. El movimiento zapatista, en su componente más representativo, que es el EZLN, ha lanzado una propuesta política y operativa muy importante: la sexta declaración de la selva lacandona. Un hecho que tratan de hacer pasar desapercibido, sin embargo con el principio del año venidero habrá que tomar en cuenta la salida al país de una importante delegación de esa organización. El primero de enero empieza la "otra campaña" lanzada por varias organizaciones nacionales. El reto ahora no es estar de acuerdo con los zapatistas, sino, más bien, dejar a un lado la indiferencia y la neutralidad. No tomar parte, hoy, no es salirse del problema, es hacerse cómplices. Hoy, frente todo lo que sucede, aquí en México y en el mundo en general queda una opción: decidir de que lado estar. Del lado de la guerra y la muerte en nombre del dinero o del lado de la humanidad que quiere confrontarse y construir la vida con paz y dignidad.

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H2O
AMPLIACIÓN TEPEPAN
México, D.F., Xochimilco, Comunidad de Ampliación Tepepan, Diciembre de 2005.
En algún día del mes de “noviembre” se contaminó uno de los pozos de agua potable que abastecen a nuestra comunidad de Ampliación Tepepan. Desafortunadamente l@s afectad@s nos percatamos de ello hasta que empezamos a detectar el mal olor en el agua –en el mejor de los casos-, mientras “algun@s” otr@s presentamos algún tipo de trastorno estomacal –aunque no sabemos si solamente de ese tipo-.
Como sea, somos much@s, “quizá”, l@s vecin@s que no supimos cuántos días transcurrieron antes de que los responsables de informar la situación a la comunidad, se dieran a la tarea de hacerlo -según entendemos gracias a las quejas informales/formales de algun@s afectad@s-. Desafortunadamente la única información que se difundió en ese momento fue la misma que se menciona en las primeras dos líneas de este texto, así como la popular sugerencia de lavar los contenedores de agua y agregar una porción de cloro al agua de consumo para evitar enfermedades -sin considerar la efectividad de dichas medidas de acuerdo del tipo de contaminación-.
Ahora se nos informa a l@s colon@s que la situación está bajo control puesto que son varios ya los días desde que se dejó de extraer agua del pozo contaminado, pero somos much@s l@s que pensamos que antes habrá que aclarar si es que el agua limpia que llega a nuestros hogares es capaz de llevarse lejos la contaminación de tuberías y tinacos.
Habrá que aclarar la naturaleza de dicha contaminación para determinar el alcance (las repercusiones) de la misma en nuestra salud o en la de nuestros descendientes y para saber realmente cómo podemos hacerle frente.
Habrá que aclarar qué zonas son las que resultan afectadas directa e indirectamente.
Habrá que aclarar luego, quiénes son l@s responsables, pero más allá de eso, habrá que aclarar por qué es que sigue quedando en el olvido ese derecho que tenemos l@s que hacemos trabajar a un país, a ser informad@s. ¿O es que prevalece la idea de que no tenemos las neuronas suficientes para preocuparnos ni siquiera por nuestra propia salud?